La alcachofa es una hortaliza proveniente del sur de Europa, la norte de África y en las Islas Canarias. Los griegos, romanos y egipcios la consumían no solo por su sabor, sino también, por los beneficios que aporta a la salud.
Desde hace años, se la han atribuido usos medicinales. Esto se debe a la cantidad de nutrientes que contiene y ayudan a reducir y prevenir algunos malestares. Además, mejora la condición de nuestros órganos, sobre todo, el del hígado.
La infusión de alcachofa es alta en vitaminas A, B1 y C. Contiene minerales como magnesio, fósforo, hierro, potasio y es alta en fibra. Además, es rica en antioxidantes. Otro componente importante es la cinarina encargada de estimular la producción y excreción de bilis mejorando el flujo de las vías urinarias.
Por ser un diurético, esta hortaliza, desintoxica a nuestros órganos, sobre todo, al hígado y además, promueve la eliminación de grasa que nos ayuda a bajar de peso.
Por su alto contenido en fibra, mejora la digestión y estimula el proceso del metabolismo. Reduce dolores de estómago, nausea, inflamación y cólicos.
Contiene inulina, un extracto natural de la raíz que estimula el crecimiento de la flora intestinal y equilibra los niveles de insulina en la sangre. Y por si fuera poco, estabiliza los niveles de colesterol; eleva el HDL y baja el LDL.
Preparación
- LAVA y desinfecta la alcachofa.
- SEPARA las hojas del corazón. Éste lo puedes comer en un rico platillo.
- HIERVE las hojas por 20 minutos.
- SIRVE la infusión al momento o refrigérala hasta por 3 días.
Puedes agregar un poco de miel y limón para mejorar el sabor. Te recomendamos tomar la infusión en la mañana y en la noche para mejores resultados.
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